Un nuevo estudio titulado ‘Power sector accelerating e-mobility’, de EY y Eurelectric, asegura que la red eléctrica se mantendrá estable a pesar del crecimiento exponencial de la movilidad eléctrica y de la gran ambición de electrificación en Europa. Por otra parte subraya que, para lograrlo, la planificación oportuna de la infraestructura de recarga y la coordinación de todos los actores implicados será fundamental.
En la actualidad, un total de 3,3 millones de vehículos eléctricos circulan por las carreteras europeas, un número que según este nuevo estudio crecerá hasta los 130 millones en 2035. Teniendo en cuenta estas cifras, estiman que se deben instalar 65 millones de cargadores, el 85% de carácter residencial y un 4% en la vía pública.
El despliegue de la infraestructura de recarga debe mantener el crecimiento de la movilidad eléctrica. Por lo tanto, el estudio asegura que es urgente abordar los inconvenientes existentes: permisos y retrasos en la conexión a la red, restricciones de financiación, disponibilidad y acceso a bienes inmuebles en ubicaciones de recarga estratégicas y restricciones de interoperabilidad.
¿En qué consiste el estudio ‘Power sector accelerating e-mobility’?
Este estudio desarrollado por EY y Eurelectric se centra en el crecimiento del mercado de la movilidad eléctrica en Europa y la infraestructura de recarga necesaria para respaldar este crecimiento. En el documento se lleva a cabo un análisis de las necesidades de carga en seis segmentos: residencial, rural y urbano; lugar de trabajo, centros de flotas, centros de pernoctación y autopistas; y examina el impacto en la carga de electricidad.
El documento busca estudiar el reto existente y las soluciones tecnológicas disponibles o en desarrollo para minimizar la carga máxima y capturar el valor de la flexibilidad en las baterías de vehículo eléctricos y las soluciones de recarga inteligente.
Desafíos y soluciones
El estudio subraya que la red eléctrica existente podrá acoplar la transición a los vehículos eléctricos, pero se necesita una planificación y coordinación anticipadas para garantizar que se haga frente a los picos futuros en la demanda de energía y al aumento de las cargas. Una vez que la penetración de los vehículos eléctricos alcanza el 50% en una red de distribución urbana, la carga descontrolada podría afectar a la calidad del suministro eléctrico.
Ante estos desafíos, el estudio explora varias soluciones. Entre otras cuestiones, recomienda digitalizar la red eléctrica para comprender, anticipar y optimizar el comportamiento de los clientes, los impactos de la red y sus necesidades.